Los pueblos indígenas de toda América – incluidos las tribus de Norteamérica, los mayas, aztecas e incas – vivían la sexualidad de una forma muy natural. A través del sexo se unían a las fuerzas de la tierra y del cielo.

La «rueda medicinal» fue un símbolo de la vida, la muerte y la renovación en estas culturas precolombinas, así como para los antiguos celtas de Europa. Se le consideró una poderosa herramienta de sanación, capaz de conectarnos con lo infinito y lo eterno, liberándonos de nuestras heridas, traumas, creencias limitantes y miedos personales.

La rueda medicinal trabaja con los cuatro vientos o direcciones cardinales. El viaje comienza por el Sur, luego el Oeste, Norte y Este. Simboliza una espiral que no tiene fin. Puede también tener una secuencia Sur-Norte-Oeste-Este.

Aplicado a la sexualidad, esta tradición chamánicas tendría el poder de conectar a los amantes a nivel del alma, liberándolos del apego, la dependencia y las emociones negativas. Con este ritual podrás agregar un poco más de magia sexual y lograr una conexión íntima mucho más sensual y positiva con tu pareja.

El siguiente ejercicio está basado en el libro «100 Years of Sexual Wisdom«:

Ubícate con tu pareja en una habitación o mucho mejor, en algún lugar cercano al aire libre.

Ambos estarán vestidos sólo con batas cómodas y ligeras.

Señala con claridad las cuatro direcciones cardinales: Norte, Sur, Este y Oeste.

Coloca música con sonidos de tambores, como la de James Asher u otro compositor, para entrar en sintonía con los ritmos ancestrales.

Cada integrante de la pareja tendrá dos bandas: una violeta y otra negra. La violeta simboliza la sensualidad y la conexión afectiva entre los amantes. La negra simboliza el apego, la dependencia y las emociones negativas que afectan la relación de pareja.

Con la intención de liberar al compañero de los lazos negativos que los unen, cada quien amarrará a su propia cintura la banda negra.

Luego, cada uno extenderá la banda violeta hacia su amante, simbolizando que los unen lazos de amor, sensualidad e intimidad. Así también este ritual sexual podrá ser mucho más intenso, profundo y placentero.

Mientras se desnudan mutuamente, usen las bandas violeta también para acariciarse, mientras se besan y abrazan, sintiendo como el deseo y la pasión van aumentando. Resultará muy placentero que roces los genitales de tu amante con esta banda.

Después de estos amorosos y sensuales preliminares, comenzará la unión sexual.

Orientándose hacia el Sur: con sus cabezas en esa dirección, hagan el amor bajo la energía del elemento agua. Para ello, pueden rociar sus cuerpos con agua o bien tomar una ducha antes de unirse sexualmente. Siente las húmedas y cálidas sensaciones en el cuerpo mientras te fundes con tu amante.

Orientándose hacia el Norte: después de haberse revitalizado con el elemento agua, corresponde ahora dirigirse hacia el Norte para conectar con el elemento viento. Abre una ventana o usa un ventilador de modo que la brisa bese sus cuerpos desnudos. Puedes humedecer con tu lengua suave y acariciar varias zonas erógenas estratégicas de tu pareja, como su cuello, párpados, labios, pezones, clítoris o glande (cabeza del pene) y luego soplar sobre ellas hasta lograr estremecimientos de placer en tu amante.

Orientándose hacia el Oeste: hagan el amor ahora con la energía del elemento tierra. Si están dentro de casa, pueden recurrir a pétalos de flores sobre la cama que serán como caricias adicionales mientras se entregan al éxtasis. Si están afuera disfruten del contacto de la suave grama bajo sus pies. Pueden colocar una delgada manta y sentir la firme tierra bajo ustedes, o bien apoyarse en una roca o árbol para fundirse sexualmente estando en posición de pie. Besa apasionadamente a tu pareja tomando su cabeza entre tus manos, y mordisquea un poco sus labios. Luego besa suavemente su cuello.

Orientándose hacia el Este: ha llegado el momento de usar el elemento fuego y hacer el amor junto a una fogata o a la luz de las velas. Coloquen una alfombra firme pero suave que les permita un encuentro sexual muy fogoso, físico y apasionado. Pueden recurrir a una posición sexual que permita un movimiento intenso, como el hombre semi-recostado de espalda y apoyado sobre sus codos y pies, con la mujer encima de él. Ambos podrán realizar movimientos fuertes, provocativos y poderosamente eróticos con sus caderas, liberando al amante salvaje que hay en su interior. Las llamas iluminarán sus cuerpos sudorosos mientras se entregan a esta danza sexual. Es importante que la mujer estimule su clítoris presionando contra la pelvis del hombre o se acaricie ella misma para facilitar su orgasmo durante la penetración. El elemento fuego y el sonido de los tambores serán sus guías para alcanzar un intenso e inolvidable orgasmo.